CONSOLIDAR LOS VIDEOJUEGOS COMO UNA VERDADERA FORMA DE ARTE MAYOR

La inmensa mayoría del arte se aprovecha de dos formas, una de nuestro pasado evolutivo, reduciendo nuestra conciencia como si fuéramos organismos primitivos en busca de simples sensaciones de placer-dolor; o la segunda, intelectualizando con rompecabezas y sociología. Estas dos formas incorrectas de ver el arte privan a nuestra vida de su dignidad. La sociedad en el que vivimos nos ha adulado, o mejor dicho, nos ha parasitado, deteriorando nuestra vida. Nos hemos conformado con experiencias sintéticas y falsas a cambio de una escapada de este mundo. Pero ¿por qué no drogarse, o tener experiencias escapistas profundas como el sexo y algo religioso en lugar de distraerse con la nada misma? Tales experiencias (sexo, drogas y religión) tendrían un efecto profundo en nuestras vidas. Las experiencias sintéticas nos convierten en la nada, siempre pidiendo más hasta reducir nuestra conciencia a los niveles de los organismos primitivos (véase, consumismo o anestésico). La mejor manera de aprovechar nuestra limitada estancia en el mundo es vivir la vida como experiencia. Si el arte es experiencia, la experiencia nace de lo extraordinario de la vida, la vida y el arte nos darán la dignidad de vivir. Pero la experiencia es lo áspero, aquello para lo que no estamos preparados. Si no fuera así, siempre nos adularía. ¿Qué sentido tendría vivir? Nunca nos daría algo nuevo. A veces la vida cotidiana es aburrida y sus rutinas rara vez nos aportan algo extraordinario. Pero por eso se creó el arte: para reunir la experiencia más enriquecedora, para satisfacer nuestras responsabilidades adultas con la sociedad. Así, el arte es aquello para lo que no estamos preparados. Es la experiencia y nuestro objetivo en la vida. En ningún momento se da a entender que el arte deba ser de clase alta o de sentimiento adulto. La experiencia es tan moldeable que todo es posible. La experiencia es como un Rally Dakar, un salto base desde una montaña o conocer a gente excéntrica en las calles. Comprometerse con el flujo de la propia realidad hace que la vida real sea más emocionante que el arte. Nuestros huesos están expuestos a las inclemencias del exterior.

Me encanta Dragon Ball Z Budokai Tenkaichi 3. Me encanta Need for Speed Most Wanted. Me encanta Pro Evolution Soccer. Me encanta Street Fighter III 3rd Strike. Me encanta la WWE. Me encantan los juegos multijugador. Lo verdaderamente emocionante es que están pensado para jugar con otras personas. Esos juegos son pequeños placeres de la vida cotidiana que deberíamos jugar en compañía. No nos manipulan con las vergonzosas pretensiones que tienen muchos otros juegos para jugar en solitario. La experiencia, simple o compleja, nos revive con cada rejugada. O se toma como una tontería divertida, o como algo trascendental. ¿Cuánto repetimos estos videojuegos? ¿Los repetimos? Los videojuegos que no se rejugan son videojuegos basura. Sea cual sea tu preferencia, si no los rejuegas, los consideras basura.

¿Merecía la pena jugar Resident Evil, God of War, Devil May Cry, Mario Bros, Pacman, Space Invader, Metal Solir, Bayonetta, NieR Automata y otros miles de juegos para un solo jugador con una narrativa y un estilo vergonzosos? ¿Por qué no jugar a un juego LAN competitivo? ¿Por qué no jugar a Counter Strike, o a Rocket Legue, o a Team Fortress? Al menos conseguiremos algo memorable de la persona de al lado, en lugar de una tontería melodramática que sólo afectaría a un preadolescente. ¿Puede alguien decirme que The Last of Us, Ico, Night in the Woods, Butterfly Soup, Outer Wilds, Hohokum, Disco Elysium, Yume Nikki y Signs of the Sojourner son tan arte como Far Future Tourism, Three Fourths Home, Proteus, Kentucky Route Zero, Elite Beat Agents, Problem Attic, Promesa y un largo etcétera? Estos videojuegos (Hohokum, Disco Elysium, Yume Nikki, etc.) no afectan a nuestra vida cotidiana; no nos hacen pensar en ellos cuando vamos por la calle ni nos transforman con respuestas intuitivas en la realidad. Lo que se siente son emociones y sentimentalismos adolescente empaquetados. "Emociónate aquí (clic). Buen chico. Ahora emociónate por al matar ese coloso con música épica (clic). ¡Bueno chico! Toma tu galletita. Ahora activa tu instinto de mamá protectora (clic). Un poco más sutil, sobre una víctima de alguna injusticia social obvia". ¿Dónde está el verdadero arte en eso? ¿Soy el único que ve fórmulas y engaños a nuestro pasado evolutivo; engaños a nuestros cerebros para que adopten respuestas de pseudo-miedo-huida o maternales-protectoras? Nos dejamos manipular por este pseudoarte es la respuesta a nuestra vida improductiva. Queremos cosas fáciles, emociones fáciles y vida fácil... ¿A esto hemos llegado? ¿Tentados, resignados por la lujuria, la pereza y otros pecados capitales?

Las interacciones intuitivas con las personas, con nuestro entorno y la forma de ver el mundo se sustituyen por kitsch. ¿Por qué los estados del ser han sustituido a los actos del hacer? ¿Qué conseguimos con Life is Strange, The Silver Case, Lisa, Katamari Damacy, System Shock, Papers Please, Resident Evil, Metal Gear, Deus Ex, Ghost Trick, Dark Souls, Rain World, Quadrilateral Cowboy, Gone Home, Shadow of the Colossus y Legend of Zelda? ¿Sólo adulación, escapismo, sentimentalismo, intelectualismo, impresionabilidad, psicología, sociología...? ¿Por qué no conseguir nuevas experiencias; baños químicos ásperos que nuestras neuronas se retuerzan por nuevas verdades? La experiencia es del entendimiento desde la superficie, del empirismo al pragmatismo. —Metáforas, simbolismos, etc., nos adormecen con los viejos tópicos que la mayoría de los críticos fomentan. ¿Por qué aceptar la profundidad superficial en lugar de la superficialidad profunda? ¿Sustituir los verbos y adverbios por sustantivos y adjetivos? ¿Flujos por comprensión? ¿Experiencia por conceptos? La mayor parte del arte esquiva los pequeños sentimientos de la superficie; las pequeñas interacciones de los que percibimos superficialmente. De hecho, lo vemos ignorado en todas las arte mayores. ¿No lo vemos kitsch en el cine de James Cameron, Roman Polanski, Stanley Kubrick, Woody Allen, Christopher Nolan, Steven Spielberg, los hermanos Coen, David Lynch, James Cameron, Paul Thomas Anderson, David Fincher, Hideaki Anno, Shyamalan y Hollywood? Así de malos son los críticos. —¿Están preparados para los siguientes nombres que te dejará enojado?— ¿Acaso no vemos arte falso con la fotografía de Saul Leiter, Joel Meyerowitz, Sebastiao Salgado, Richard Avedon, Diane Arbus y Dorothea Lange, William Eggleston, Martin Parr y Henri Cartier-Bresson? ¿No vemos lo mismo con Stephen King, Tolkien, Lovecraft, Asimov, Ayn Rand, Borges y Nietzsche? ¿No vemos lo mismo con la arquitectura de Calatrava, Frank Lloyd Wright, Handel, Norman Foster, Philip Johnson, Mies van der Rohe y Frank Gehry? ¿No vemos lo mismo con los cómics de Alan Mooore, Yoshitoshi ABe, Frank Miller, Jim Lee, Neil Gaiman, Mobius, Art Spiegelman, Hideo Yamamoto, Shintaro Kago, Inio Asano, Kentaro Miura, Takehiko Inoue, Hiromu Arakawa y Yukito Kishiro? ¿No vemos lo mismo con los cuadros de Dalí, Caravaggio, Botticelli, Manet, David Hockney, Edgar Degas, Chagall y los prerrafaelitas? ¿Qué tienen de verdaderos artistas Jonathan Blow, Toby Fox, Phil Fish, Shigeru Miyamoto, Dave Theurer, Tim Rogers, Hideo Kojima, Alec Holowka, Derek Yu, Fumito Ueda, Goichi Suda y Hideki Kamiya? Son fuera de los pies en la tierra, lleno de malabares técnicos, intelectualismo, psicología, política, sociología, simbolismo, metáforas, conceptos, estados del ser, etc.

¿Quién en su sano juicio clasificaría Pacman, Assault Android Cactus, Arkanoid vs. Space Invaders, Octahedron, Sunset Riders, y Super Hexagon como obras maestras? El middlebrow y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana [guiño]. Existen miles de libros u otras artes para ver en nuestro móvil cuando viajamos en tren. ¿Por qué seguimos jugando videojuegos insignificantes en casa, de viaje, y despreciamos nuestra vida de esa manera?

Yo también tuve las mismas respuestas viscerales, o intelectuales, al Dark Soul, Nier Automata, Castlevania, Shadow of the Colossu y System Shock. Son cool y nos emocionan sus historias y su atmósfera, pero ¿dónde queda el alma? Estos juegos son maravillas, pero también lo son las pirámides, las grandes arquitecturas y las naves espaciales. Yo también me siento inteligente cuando resuelvo algún puzzle, alguna hazaña, o me pongo sentimental por alguna injusticia evidente. Pero eso no va el verdadero arte.

Veamos la fotografía; veamos la escultura; veamos los cómics. ¿Cómo vamos a comparar sus obras con el arte de los videojuegos? No con un Tetris; no con un PacMan; no con videojuegos competitivos; no con videojuegos inteligentes; no con videojuegos bonitos. Lo compararemos con la propia experiencia. Olvida a tus héroes del pasado, o a los mejores críticos que clasifican el arte con tonterías aduladoras. Podría seguir hasta romper la página, pero ars longa vita brevis.

"En lo que a mí respecta, nunca he creado videojuegos con la intención de que sean reconocidos como arte" -Shigeru Miyamoto.